Meditación es el estado natural del Ser.
Cómo podemos recuperar nuestro ser natural si desde el nacimiento llevamos un entrenamiento inverso y constante de alejarnos del corazón de la experiencia?
Cómo podemos hacerlo de una manera que no quiebre nuestra voluntad, psiquis, emoción..?
Primero amigarse con lo difícil, invirtiendo el concepto que tenemos sobre muchos aspectos.
Lo difícil no es malo, ni bueno, es parte de la vida.
Cuesta y lleva tiempo naturalizarnos nuevamente, recuperar el espacio que ahora ocupan las ideas y todo lo asociado.
Segundo, amigarse con el no saber, con la no meta, con el entretiempo, es decir el espacio liminal.
Tercero. cultivar las cualidades de la presencia, curiosidad, capacidad de maravillarse, gozo, observación, etc.
Y lo más importante, un corazón abierto.
Tu alma te llama a la Unión.
Y el cuerpo no sabe mentir.
De la misma manera que Pulgarcito dejaba piedras en el camino para saber volver a casa, nuestra consciencia individual nos da pistas para volver al origen, al corazón.
El cuerpo es el territorio donde están esas pistas.
Los nuevos encuentros de Meditación son exploraciones liminales, creativas, donde el movimiento y la quietud, la música y el silencio, el cielo y la tierra, se funden, entrelazan, disuelven, a favor de la unión del Gran Espíritu.
Teniendo como base mi práctica fundamental en Yoga y Zen, más las diferentes prácticas que he ido cultivando en el camino.